Tony López R.
Por: Tony López R
(*)
Las encuestas están revelando
que los dos candidatos a la presidencia de Colombia tienen una diferencia
mínima e incluso que no puede pronosticarse el triunfo de uno u otro candidato,
por supuesto, los medios hegemónicos sustentadores del poder oligárquico, dan
como ganador al candidato de la ultraderecha uribista Iván Duque, una vieja
estrategia de los políticos colombianos de sembrar la matriz de ganador y, si
estos pierden, acudir a la argucia de que se cometió fraude y allí viene la
pataleta.
Pero mientras todos los medios
y la divulgación de las bondades del candidato uribista se promociona. ¿Qué es
lo que estratégicamente se esconde en estas elecciones?.
En el campo internacional, una
derrota del candidato de la oligarquía, pone en crisis la participación de
Colombia en una agresión a Venezuela contemplada en el Plan Maestro, dirigido
desde el Comando Sur, por el almirante Kird W Todd y respaldado por el
Secretario de la OEA, Luis Almagro y el llamado Grupo de Lima. Plan denunciado
por la periodista argentina Stella Calloni y la pública presentación de dicho
Plan en el Comité de Defensa y Seguridad
del Senado estadounidense, el pasado 15 de febrero por el referido uniformado.
De ganar las elecciones la
alianza Colombia Humana, pondría en riesgo la continuidad de las nueve bases militares estadounidense en
territorio colombiano, a lo que se suma ser signatario de la OTAN, elementos de
gran trascendencia para el gobierno de Estados Unidos.
Desde que el gobierno de
William W Clinton apreció que estaban perdiendo espacio político y militar en
Suramérica, el crecimiento de partidos de izquierda en diversos países andinos,
en Brasil y Argentina, más la crisis
política y diplomática con el gobierno de Ernesto Samper, iniciaron una
ofensiva política para conjurar la tendencia progresista y anti-gringa que se
estaba imponiendo en la zona y en
aquella época, se apreciaba, con
preocupación en Colombia, país para Estados Unidos estratégico.
Las elecciones presidenciales
de 1998 fueron cruciales para Estados
Unidos, el triunfo electoral del conservador Andrés Pastrana, acérrimo adversario del presidente Samper,
fue un triunfo de la diplomacia estadounidense pero tambien de la propuesta de
paz en la campaña de Pastrana. El 3 de
agosto de 1998, cuatro días antes de asumir la presidencia, en visita oficiosa a la Casa Blanca, en
Washington, el reciente electo presidente, Andrés Pastrana, solicitaba al
presidente Clinton apoyo económico y militar.
Una contradictoria conducta,
cuando se había comprometido en iniciar
un proceso de Paz, en reunión sostenida con el Comandante en Jefe de las
FARC-EP Manuel Marulanda Vélez, en Caquetania, Colombia, cuatro semanas antes
de su entrevista con Clinton.
El polémico Plan Colombia,
propuesto por Estados Unidos, fue aprobado como un plan social y antidroga, para
combatir al narcotráfico. En realidad fue un plan contrainsurgente, así lo
demuestra el Plan Patriota en el 2003/04, pero además colateralmente, y para
supuestamente combatir los sembrados de coca, producto de las fumigaciones
aéreas en el sur del país, provocó miles de colombianos afectados en su salud y
sufriendo graves enfermedades, muchos de ellos de muerte, también afectaron
parte de la población ecuatoriana radicados en la fronteras de ambos países. El
daño ambiental ha sido irrecuperable, la fauna y flora afectadas por la muerte de miles de animales y sus
ricas selvas y árboles devastados.
El gobierno de George W Busch
fue más claro de lo que significaba el Plan Colombia, y se transformó en lo que era su esencia, la Iniciativa
Regional Andina, cuyos intereses era la influencia y el trabajo de sus misiones
diplomáticas y aliados en los países andinos y sureños, contra gobiernos
progresistas como los de Brasil, Ecuador, Bolivia, Argentina, en estos últimos
16 años y así se ha comportado. Luego
del fracasado Golpe de Estado en
Venezuela, le siguió con éxito y graves
violaciones legales los Golpes
Parlamentarios en Paraguay y Brasil, graves sanciones económicas y acciones violentas y desestabilizadoras
contra Venezuela y en Argentina, hasta que triunfó el adocenado magnate Mauricio
Macri, aliado de EE:UU, del FMI de los militares golpistas. Traición a la
Revolución ciudadana en Ecuador, intento fallido de destabilización en Bolivia,
utilizando a estudiantes y directivos de un
centro Universitario en el Alto, la
Paz. Y las agresivas y terroristas acciones violentas dirigidas por la derecha
y el empresariado en complicidad con la iglesia, contra el gobierno Sandinista
en Nicaragua, cuyo desenlace aún están
en cierne.
Es en este escenario y con esa
agenda que Colombia juega un papel fundamental para el gobierno de los Estados
Unidos, nada diferente al de Israel en
el Medio Oriente. Esa es, entre otras, una de las poderosas razones por lo que
todos los ex-presidentes y caudillos políticos liberales y conservadores se han
unido y apoyan al candidato del ex presidente Álvaro Uribe Vélez, pues saben
que el bipartidismo estadounidense los apoya, no importa, que durante los
gobiernos de Uribe y Santos, se hayan
cometido crímenes de Lesa Humanidad, información comprobada por diversos organismos
internacionales de Derechos Humanos,
incluido el de la ONU o que se anulen
los Acuerdos de Paz, según declaró el
propio candidato Iván Duque.
En el libro “Ejecuciones
extrajudiciales en Colombia 2002-2010”, de los
colombianos Omar Rojas Bolaños y Fabián Benavides Silva, estos demuestran y dan
a conocer los siguientes datos “Cuando
Álvaro Uribe llegó al poder en 2002, las Fuerzas Armadas afirmaban que las
insurgencias estaban conformadas por cerca de 30.000 personas en armas. Al
terminar su segundo periodo, en 2010, los mismos militares presentaron las
siguientes cifras: 19.405 muertos en combate, 63.747 capturas y 44.954
desmovilizaciones. Esto arroja un total de 128.106 insurgentes. ¿De dónde
salieron tantas muertes, capturas y desmovilizaciones?.
El comandante en Jefe de las
FARC-EP Manuel Marulanda Vélez en
febrero de 1999, en el campamento de Raúl Reyes, en la zona de distención, le comentó a una
fuente amiga, que sus fuerzas contaban con
unos 60 frentes guerrilleros, y más o
menos unos 20 mil combatientes.
“En
el libro ya mencionado, se afirma que: “La Política de Seguridad Democrática de
Uribe Vélez llegó a decir que se trataba “solo” de 42 casos, mientras que en
2015, la Fiscalía General de la Nación documentaba 4.500, la Coordinación
Colombia-Europa-Estados Unidos (CCEEU) reportaba 5..700 y otras ONG hablaban de
6.200”.
La Fiscalía General de la República a cargo del
Dr. Néstor Humberto Martínez, se niega a cooperar con la CIP, en septiembre pasado se negó a entregar
información a la Fiscal Fatou Bensouda, de la Corte Penal Internacional, (CPI) así
lo declaró públicamente la Fiscal, algo muy grave porque además viola el artículo
11 de la constitución de 1991 que
establece que “El derecho a la vida es inviolable. No habrá pena de muerte” Por
lo tanto las ejecuciones extra judiciales o los mal llamados falsos-positivos
son asesinatos de civiles a manos de la Fuerza Pública del Estado. Y por tanto,
Terrorismo de Estado.
Este 17 de junio el país y sus
votantes tienen dos opciones o votan por la paz y cambiar para un sistema más
justo y de combate a la corrupción y por el bien del país o votan por el Centro Democrático para mantener
la corrupción, la impunidad y los
crímenes, profundizar el modelo neoliberal,
que llevará a la ruina al campo, a la industria nacional, a la media y pequeñas
empresas, al empobrecimiento de la clase media y la continuidad de la guerra. Y
a la guerra con sus vecinos y también a
conflictos internacionales en su condición de miembro de la OTAN.
Es votar para enriquecer una
pequeña élite y un creciente empobrecimiento de millones de colombianos, esa es la realidad que viven los colombianos
desde hace más de 70 años. Es por eso que el próximo domingo conoceremos si se
optó por vivir en paz y justicia o por continuar la guerra, los falsos
positivos y la impunidad.
(*) Periodista, politólogo y analista
internacional.
La Habana 14 de Junio del 2018.
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