domingo, 22 de octubre de 2017

Carta abierta del Partido Farc al Presidente de la República Dr. Juan Manuel Santos.





ESTE ES EL DOCUMENTO:



Desafortunadamente, la paz y la reconciliación de los colombianos tiene aún enemigos poderosos, que no escatiman esfuerzo en torpedear la implementación de los acuerdos, ni pierden oportunidad para sembrar cizaña y tratar de sabotearlos.


Señor:
Juan Manuel Santos
Presidente de la República.

El Consejo Político Nacional de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, FARC, desea expresarle nuestra preocupación frente a la cadena de hechos que se vienen presentando en los últimos días y que afectan de diversa forma a comunidades, integrantes en proceso de reincorporación de nuestro Partido, así como algunos Espacios Territoriales para la Capacitación y la Reincorporación.

Como es de su conocimiento, recientemente culminó su trabajo la misión tripartita encargada de verificar el cumplimiento de los compromisos de las partes con relación al Acuerdo de Cese al Fuego y Hostilidades Bilateral y Definitivo y la Dejación de las Armas. El balance es altamente positivo; su característica fundamental fue la casi inexistencia de casos de violación a los protocolos, y por el contrario, el respeto de las obligaciones pactadas en dicho Acuerdo, por parte del Estado y la insurgencia; algo reconocido a nivel nacional e internacional.

Nadie puede poner en duda que, con ese Acuerdo, logramos parar más de 50 años de confrontación, algo impensable hasta hace poco; pero lo que es más importante, comenzamos a cimentar la confianza entre las partes enfrentadas militarmente, base para la necesaria reconciliación y reconstrucción de nuestra nación.

Por lo anterior, llaman la atención, hechos como los ocurridos recientemente en el municipio de Tumaco, departamento de Nariño, en los que perdieron la vida por lo menos 6 campesinos y otros más resultaron heridos, cuando protestaban por el incumplimiento de los compromisos del Gobierno contenidos en el punto 4 de los Acuerdos de La Habana, y que como todo lo indica, involucra responsabilidad de efectivos de la Fuerza Pública, según los informes, hasta ahora conocidos, de la Defensoría del Pueblo y otros entes investigadores; a lo que debemos agregar el asesinato de reconocidos líderes comunitarios en la misma zona.

Asimismo, el día de ayer nos enteramos de la irrupción de la Fuerza Pública en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación Ariel Aldana, en el mismo municipio de Tumaco, con el fin de detener al ciudadano Tito Aldemar Ruano Yandún, quien figura como miliciano en las listas entregadas para acreditación por parte de las FARC-EP para todos los efectos relacionados con los acuerdos firmados entre el Estado y la insurgencia.

En este caso, más allá de las diferencias que podamos tener, en cuanto a la condición de integrante de las FARC-EP, de dicho ciudadano, nos interesa llamar la atención sobre la necesidad de respetar los mecanismos acordados para la solución de diferencias entre las partes para evitar que se pierda la confianza construida; lo que para nada cuestiona la potestad del Estado para hacer presencia en todo el territorio nacional.

Comprendemos que una paz estable y duradera implica, por parte del Estado y los ciudadanos, el respeto de la ley y los compromisos adquiridos.

Otro hecho ocurrido en las últimas horas aumenta nuestra preocupación: en el municipio de San José del Guaviare, vereda Colinas, en el Espacio Territorial de Capacitación y Reconciliación Jaime Pardo Leal, unidades de la Fuerza Pública dispararon contra dos ex combatientes de las FARC-EP, afortunadamente sin consecuencias físicas que lamentar, luego de que en la misma zona explotara una motocicleta bomba, cuya autoría se desconoce. Al momento de la explosión, nuestros compañeros se encontraban en una finca de ese Espacio Territorial, recogiendo hojas para envolver unos tamales y fueron objeto de los disparos de las armas oficiales, cuando caminaban de regreso a sus viviendas.

No permitamos, señor presidente, que llegue a deteriorarse la confianza entre las partes, tan costosamente construida a lo largo de estos meses. El Acuerdo firmado, sus protocolos y desarrollos posteriores, contienen los mecanismos necesarios para garantizar que cualquier diferencia o incidente pueda resolverse dentro del espíritu del consenso y el entendimiento entre las partes.
Desafortunadamente, la paz y la reconciliación de los colombianos tiene aún enemigos poderosos, que no escatiman esfuerzo en torpedear la implementación de los acuerdos, ni pierden oportunidad para sembrar cizaña y tratar de sabotearlos.   

Convoquemos todos los mecanismos, nacionales e internacionales, contemplados en los acuerdos para que, de manera objetiva y sosegada, nos sentemos a analizar las actuales dificultades, con la certeza que así encontraremos la forma más adecuada para fortalecer la construcción de la paz estable y duradera en nuestro país; y de paso, cerrarle el camino a quienes buscan beneficiarse de clima de incertidumbre que rodea la etapa de implementación.



Compatriotas,


Consejo Político Nacional
Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.

FARC.

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