Por: Hernán Durango.
@HernanDurangoP
Bogotá.
El lunes 16 de octubre de 2017, se
cumplen 21 años del vil asesinato de Albeiro Bustamante ocurrido en la ciudad
de Apartadó, departamento de Antioquia, a mano de esbirros paramilitares. Los habitantes de la región
agroindustrial de Urabá conmemoran un nuevo aniversario de la desaparición
física del joven dirigente del Partido Unión Patriótica UP y del Partido Comunista Colombiano PCC. Joven
aguerrido, descolló dentro de las filas de la Juventud Comunista JUCO, de raíces
campesinas, oriundo de la vereda de Caraballo, corregimiento de Nueva
Antioquia, municipio de Turbo. Contaba con 36 años de edad. Otros
concejales de la UP como Arsenio Córdoba, Bartolomé Cataño y su suplente en la
corporación Gustavo Loaiza también cayeron bajo las balas de los asesinos que
andaban sueltos en las calles de la ciudad bananera.
Albeiro Bustamante, 21 años de su muerte.
En esta oportunidad el invitado
para hablarnos de la vida y obra de Albeiro Bustamante, es Alberto Ruiz,
dirigente de la Central Nacional Provivienda Cenaprov y ex director de la Casa
de la Cultura de Apartadó, ex concejal, su amigo de siempre en la región y
compañero de curul en el cabildo municipal. (Escuche el audio).
Albeiro Bustamante, fue un gran
cuadro político forjado en la educación de la región y las escuelas
partidarias, incluidas las escuelas nacionales del PCC y UP y en el exterior
brindadas por el campo socialista, en las cuales nutrió sus principios
revolucionarios para la defensa de la clase trabajadora del campo y de la
ciudad. Se convirtió en el año 1996 en otra víctima más del genocidio del
Estado contra este partido de izquierda que gozaba de amplio apoyo popular, en
la región como en resto del país el Terrorismo del Estado colombiano utilizó todas
sus fuerzas para aplicar el plan criminal denominado “Plan Retorno” diseñado
auspiciado por algunos sectores políticos de la derecha colombiana, algunos
sectores bananeros y multinacionales de la fruta, expresiones del militarismo
en las fuerza de seguridad del Estado, latifundistas, ganaderos, aliados con
las autodenominadas Autodefensas de Urabá y Córdoba AUC encabezada por Carlos
Castaño Gil y algunos desmovilizados del extinto EPL llamados los “Comandos Populares”, grupos que
se sumaron a la ola de violencia contra líderes de la región, en un plan criminal oficial estrechamente
ligado al Plan nacional de exterminio denominado Plan Golpe de Gracia o Plan
Baile Rojo, denunciado ampliamente por organismos defensores de Derechos
Humanos y por el partido UP y el PCC.
El objetivo principal del macabro
exterminio era la expulsión de la región de Urabá de las fuerzas políticas y
sociales que encarnaban el cambio y las trasformaciones en favor de los
trabajadores, campesinos, productores, etnias, afros, la cultura, los jóvenes y
mujeres, con quienes se avanzó tenazmente en las construcción de políticas y
espacios que significaban bienestar para
la ciudadanía. La UP- PCC en alianza con otros sectores democráticos dirigía
los destinos de esta ciudad y otras del Urabá antioqueño y chocoano. Sostenía liderazgo fuerte en la conducción del
sindicalismo bananero y de otros sectores sociales en los municipios y eso
nunca se lo perdonaron las expresiones de la reacción oligárquica y de la
extrema derecha en un país que ante el mundo se jacta de exhibir una “robusta
democracia”.
A Albeiro Bustamante, en Urabá se
le reconoce sus grandes aportes para la convivencia y la tolerancia. Fue una
figura política y del sector social. Amable y sencillo. En Apartadó se le
reconoce su gran empeño que llevó a la
firma el 23 de noviembre de 1993 del
acuerdo de los partidos para un mejor
entendimiento entre las principales fuerzas PCC -UP y el
movimiento Esperanza, paz y Libertad, desmovilizados del antiguo EPL inmersas
en fuertes contradicciones, y más adelante el rol en la Comisión de Seguimiento,
junto a José Noé Ríos, delegado del Gobierno Nacional, dirigentes políticos,
sindicalistas y empresarios.
Era una época de alta convulsión política
y social en Urabá. Las luchas sociales en la industria bananera por condiciones
dignas y mejoras salariales de los trabajadores conllevaban paros y huelgas. El
conflicto armado estaba en un punto álgido con confrontaciones de insurgentes
de organizaciones como FARC-EP, EPL contra las fuerzas del Estado eran plato de
cada día. A la desigualdad social reinante se sumaba el éxodo permanente de campesinos
por los combates armados y en busca de mejores oportunidades en los centros
urbanos. A este panorama se agrega el anuncio precipitado del Gobierno Nacional en materia económica
de la declaratoria de Urabá, junto Maicao y Tumaco como zonas de libre comercio,
con toda la prensa y bombos y platillos se divulgó la decisión económica produciéndose
la inusitada y masiva llegaba a la región miles de hombres y mujeres de los
departamentos vecinos con la mente fijada en las “bondades
del Libre Comercio”. Los centros urbanos de Urabá no estaban preparados para
esta nueva realidad.
En esos momentos, y según reseña la prensa en el año 1993 en
reuniones sostenidas por la dirección de la UP con varios ministros del Gobierno
del presidente Cesar Gaviria Trujillo se
le hizo la denuncia de la existencia del plan de exterminio contra dirigentes y
militantes del partido político de izquierda, que a la postre también llevaba
como meta el despojo de millones de hectáreas de tierra, desplazamiento de
labriegos, robo de recursos, privatización de empresas de servicios públicos y
de derechos como la salud e imposición de medidas neoliberales en la región
para esquilmar el menguado bolsillo de los habitantes.
El Terrorismo del Estado contra
las fuerzas democráticas y de izquierda de Urabá aplicó diferentes formas de represión
y exterminio. Antes del asesinato de Albeiro Bustamante, en enero 1994, fue detenido y trasladado a las cárceles de
Bogotá, implicado por la Fiscalía en la investigación por la masacre del barrio
La Chinita, Apartadó, ocurrida el 23 de
enero de 1994, junto a Albeiro fueron encarcelados más de cien dirigentes de la
UP- PCC entre ellos líderes sindicales, comunales y campesinos, concejales, alcaldes, diputados.
Todos, después de varios años de injusta
prisión fueron exonerados por la Corte Suprema de Justicia, tras demostrarse su
inocencia. Era otro caso de montaje judicial, un falso positivo judicial.
En este nuevo aniversario del asesinato
de Albeiro Bustamante hacemos honor a su ejemplo de luchador revolucionario y
su entrega a la causa de la clase trabajadora colombiana. El pueblo colombiano
sigue en la lucha por memoria, contra el olvido, por verdad, justicia, reparación integral y castigo para los responsables de tantos crímenes
contra sus figuras mas destacadas.
Región de Urabá.
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