Por Alfredo García. Diario Por Esto.
México.
El pasado 25 de junio falleció en La Habana el veterano internacionalista cubano Fernando Ravelo Renedo.
Incorporado a la lucha contra la dictadura batistiana desde las filas estudiantiles en Santiago de Cuba, formó parte de un grupo de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio (M-26-7) y del frente guerrillero comandado entonces por el actual presidente Raúl Castro.
Tras el triunfo revolucionario, el 1º de enero de 1959, fue ascendido a capitán del Ejército Rebelde y nombrado segundo jefe de la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR), fundada por el comandante Ernesto Che Guevara.
Durante la crisis de los misiles, en octubre de 1962, prestó servicios en una unidad antiaérea en la provincia de Pinar del Río. A principios de 1963 integró el Departamento M del ministerio del Interior (MinInt), bajo el mando del comandante Manuel Piñeiro Losada, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (CC del PCC), para atender las relaciones políticas con partidos comunistas y organizaciones revolucionarias de Centro y Sudamérica.
Cuando a mediados de 1970 se produjo un devastador terremoto en Perú, a pesar de no existir relaciones diplomáticas, Ravelo fue designado responsable de una brigada médica y un contingente de constructores enviados por Cuba en solidaridad con el país andino, permaneciendo varios meses a cargo de las relaciones políticas con las autoridades peruanas.
A finales de 1971 regresó a Cuba para formar parte de la Dirección Nacional de Liberación Nacional (DGLN), y en 1973 integró la delegación presidida por el miembro del CC del PCC Emilio Aragonés, a la toma de posesión del presidente electo argentino, Héctor Cámpora. Aragonés fue nombrado embajador de Cuba en Argentina y Ravelo, consejero político como representante de la DGLN.
En 1974, la dirección del PCC jerarquizó el trabajo político de la DGLN, con la fundación del Departamento de América del CC del PCC. Todo el equipo del trabajo político de la DGLN fue dado de baja honrosa del MinInt pasando al Departamento de América, al frente del cual fue designado el comandante Piñeiro.
A su regreso de Argentina en 1975, Ravelo fue nombrado embajador de Cuba en Colombia. Durante su gestión diplomática en Bogotá, se destacó por la exitosa mediación entre un comando del M-19, el gobierno colombiano y embajadas extranjeras. El comando revolucionario había ocupado la embajada dominicana, reteniendo como rehenes a un grupo de diplomáticos extranjeros. Con el visto bueno de todas las partes, el comando revolucionario y los diplomáticos viajaron a Cuba, solucionando la crisis de forma incruenta.
De regreso a Cuba en 1981, se incorporó al Departamento de América como vicejefe, atendiendo las relaciones políticas con México y Centroamérica, durante la compleja etapa del triunfo de la revolución sandinista y el incremento de la lucha revolucionaria del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador y la Unidad Revolucionaria Nacional de Guatemala (URNG).
A finales de 1988, el ex líder estudiantil fue nombrado embajador de Cuba en Nicaragua, desarrollando un intenso trabajo solidario en función de la unidad entre las fuerzas revolucionarias centroamericanas, cargo que ocupó hasta 1992.
“Ese año tomé la decisión de jubilarme de las tareas vinculadas a la política exterior del país. Mi decisión coincidió con la salida de Manuel Piñeiro de la jefatura del Departamento de América”, escribió Ravelo.
Antonio López, veterano internacionalista que trabajó varios años subordinado a Ravelo, lo evoca de la siguiente manera: “Recuerdo su forma de conducir el trabajo nunca impositivo, siempre buscando lo mejor de su subordinado, tenía mucho rigor al explicar sus orientaciones y paciencia al escuchar cualquier opinión o criterio con un alto grado de humildad, ya fuera a favor o en contra del tema que se discutía o de la orientación que daba, Era un hombre con gran valentía política y ejemplaridad a toda prueba, de ilimitada lealtad a Fidel, convencido de sus ideas y de la justeza de la solidaridad internacionalista de la Revolución cubana por la que puso muchas veces en riesgo su vida”.
Ravelo, quien dedicó su vida a la Revolución Cubana y la construcción del socialismo, con su altruista vocación internacionalista, representa un ejemplo para la juventud cubana a cuya abnegación generacional deben hoy la paz y su prometedor futuro.
Fernando Ravelo Renedo.
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