Edilma Moreno Úsuga
Por: Hernán Durango.
El viernes 19 de octubre de 1990
fue vilmente asesinada Edilma Moreno Úsuga, joven y aguerrida dirigente del
Partido Comunista Colombiano PCC, concejala
del Municipio de Apartadó por el partido Unión Patriótica UP e integrante del Sindicato
de Trabajadores del Banano –Sintrabanano- apasionada por la defensa de los intereses
de los trabajadores de Urabá. Dos
sicarios le dispararon a la 8:00 de la noche cuando llegaba en moto a su casa
en el barrio Policarpa Salavarrieta de esa ciudad. Edilma quedó viva y los asesinos se
devolvieron para rematarla con tiros en la cabeza en presencia de sus dos hijos
de entre 4 y 6 años de edad y algunos vecinos que trataron de auxiliarla.
Con apenas 26 años de edad, se destacó por la energía, alegría y
entusiasmo que imprimía en todas sus tareas políticas, sociales y familiares.
Era la guía de su hogar, además de sacar adelante como madre soltera a sus dos
pequeños hijos respondía a la tarea de impulsar su hogar paterno, donde las
dificultades económicas por el desplazamiento forzado creaban angustia entre
sus padres y hermanos. Edilma y sus
familiares padecieron amenazas de muerte de parte de grupos paramilitares en el
corregimiento Nueva Antioquia, municipio de Turbo, les tocó dejar la finca en
esa zona desplazándose forzadamente al
eje agroindustrial bananero. No obstante la gravedad de su situación personal y
familiar orientaba las luchas de clase de los obreros bananeros contra las
injusticias en las fincas, por mejores condiciones laborales, en aras del
bienestar de los trabajadores y sus familias. Cada día desde tempranas
horas recorría en moto, carro, caballo o a pie amplios sectores de fincas
para escuchar las inquietudes y propuestas
en cada una de las reuniones.
Edilma y sus hermanos mayores,
desde muy jóvenes ingresaron a las filas de la Juventud Comunista Colombiana
JUCO, quienes los conocimos pudimos constatar que en esa época iba a Nueva
Antioquia y veredas circunvecinas el señor Joaquín Guzmán, dirigente del
partido, desde la Casa del Pueblo en Apartadó, sede de la dirección política del
PCC y UP, a reunir a los jóvenes campesinos
para enseñarles y socializar el programa y estatutos de la organización juvenil
revolucionaria y leer los fines de semana las páginas del Semanario VOZ con las
informaciones frescas acerca de las luchas obreras, populares y campesinas del país. Joaquín Guzmán se turnaba en esos recorridos
con dirigentes regionales y nacionales como Pedro Nolasco Présiga,
(expresidente de la Federación Sindical Agraria de la CUT Fensuagro en el
exilio en Bélgica); Jorge Soto (miembro del Comité Central de la JUCO, dirigente
de la JUCO regional Antioquia, detenido-desaparecido el 15 de julio de 1985
junto con Germán Garro, siendo los primeros desaparecidos de la Unión
Patriótica (UP) en el país), Albeiro Bustamante (dirigente UP-PCC, concejal de
Apartadó asesinado el 16 de octubre del año 1996), Alberto Ruiz, actual directivo
nacional de la Central Provivienda Cenaprov; Ramiro Duarte (miembro del Comité
Central de la JUCO, dirigente de la JUCO Regional Urabá, vive en la actualidad
en el Valle de Aburrá); Alberto López Ramos,apodado cariñosamente “El Chilapo” (joven
dirigente obrero, fundador de Sintrabanano- asesinado 21-Oct-89-), con los jóvenes campesinos
de Nueva Antioquia se organizaban festivales pro fondos para el desarrollo de
la comunidad y la Junta de Acción Comunal, era una generación de la juventud muy
laboriosa en el campo y muy activa en las programaciones y jornadas culturales de las veredas en las
estribaciones de la Serranía de Abibe y alrededores de los corregimientos de
Currulao, El Tres, parcelación de Coldesa y veredas Caraballo, Caraballito, Arcua,
Mulatos, entre otras.
La familia Moreno Úsuga sufrió en
su seno el rigor de la violencia auspiciada desde las estructuras de organismos
de la seguridad nacional del Estado colombiano, organizaciones criminales y
fuerzas paraestatales en la región. El hogar estaba integrado por padre, madre
y 9 hermanos (5 varones y 4 mujeres) y
los dos hijos de Edilma. De ellos asesinaron a 4 de sus hermanos (3 hombres y 1
mujer), a su padre Libardo Moreno y a sus dos hijos muy adolescentes en
distintos lugares de Urabá y Medellín. Después de tanta tragedia quedan con
vida 5 hermanos y su madre Tulia Úsuga
de Moreno con 79 años de edad con graves quebrantos de salud, quienes hoy permanecen
unidos y continúan la batalla contra la impunidad para que esos crímenes de
lesa humanidad sean esclarecidos y castigados los responsables materiales e
intelectuales.
El crimen cometido contra la
humanidad de esta forjadora del sindicalismo clasista y la Up-PCC en Urabá
entristeció la región que acababa de realizar ese viernes 19 de octubre de 1990
una jornada histórica por la paz, la convivencia y la unificación organizada por
todos los sectores sociales, políticos y económicos de la zona para que
mediante caminos del diálogo pudieran sobreponerse a la barbarie paramilitar
imperante. El sábado 20 de octubre su cuerpo fue sembrado para siempre en el
cementerio de Apartadó.
La concejala de la UP fue abnegada
activista de la unidad de los trabajadores bananeros, propugnó por la creación de un solo sindicato de los obreros
en Urabá. El objetivo y la enseñanza de Edilma tomó cuerpo con la fundación del
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Agropecuaria, Sintrainagro, en
el año 1991 tras un proceso unitario que culminó con la fusión de las
organizaciones Sintagro y Sintrabanano, por lo que la dirección nacional de la Central
Unitaria de Trabajadores de Colombia, CUT, denunció el crimen que hacía parte
de cerca de mil violaciones a los derechos humanos de líderes sindicales
colombianos ante la Comisión Especial de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, CIDH.
El asesinato de Edilma Moreno
Úsuga hace parte de la lista de más de 5 mil víctimas del terrorismo del Estado
Colombiano contra el partido Unión Patriótica UP, por este crimen y todos los
ocurridos en el marco de lo que se ha denominado como Genocidio Político contra
el partido UP, esta fuerza política de
la izquierda colombiana exige que la CIDH apruebe una ejemplar sanción al
Estado Colombiano y éste a su vez responda a las víctimas del genocidio con la
Verdad, Justicia y Reparación Integral a cada uno de los familiares y a la
colectividad política.
En las batallas al frente de las
luchas y movilizaciones de los obreros de las fincas bananeras Edilma Moreno
actuó siempre en equipo con dirigentes regionales como Alberto Angulo (fundador
de Sintrabanano y forjador de liderazgos populares en la región asesinado por
pistoleros en Apartadó el 25 de
septiembre de 1987); Electo Flores (concejal de Carepa y directivo Sintrabanano, ) Bartolomé Cataño (concejal fundador del
corregimiento San José de Apartadó asesinado por esbirros del régimen el 17 de
agosto de 1996); Nelson Campo Núñez ( exalcalde de Apartadó y Representante a
la Cámara, fallecido por enfermedad en Medellín); el alcalde Apartadó, José
Antonio López Bula, quien tuvo que exiliarse tras lograr la libertad después de
un burdo montaje judicial en el que desde la Fiscalía algunos funcionarios de
ese organismo aliados con dirigentes políticos al servicio de la extrema
derecha usaron testigos pagados con la
intención de descargar sobre sus hombros junto a otros líderes de izquierda de
la región la responsabilidad de ser supuestos autores intelectuales de la
condenable Masacre de la Chinita, ocurrida en el barrio Obrero el 23 de enero de 1994: La
justicia, después de un largo proceso y en la apelación de la defensa de los
dirigentes de la UP ante las Altas cortes exoneró finalmente a los compañeros encarcelados
injustamente dejando sin piso semejante montaje judicial y ordenando su
inmediata libertad; Mercedes Úsuga,
fundadora de la Up y el PCC en Urabá, luchadora social por la vivienda popular
y líder femenina que sufrió igualmente el
injusto encarcelamiento en Bogotá, vivió en Medellín donde falleció por
una enfermedad; entre otros, muchos de ellos murieron en la persecución
terrorista de las fuerzas de seguridad del Estado y el ParaEstado, algunos exiliados
a otros países y la mayoría con su familias desplazados forzados en otras regiones
colombianas.
La región de Urabá ha sido una de
la más martirizadas y abandonadas por el Estado colombiano. Sus gentes laboriosas
salen adelante gracias al tesón y gracias a que con las fuertes movilizaciones
que les ha tocado realizar se resuelven las problemáticas. Durante las décadas de
los 80s y 90s la esquina noroccidental colombiana limítrofe con Panamá fue
epicentro del fortalecimiento de las fuerzas populares y de izquierda con
expresiones unitarias y gobiernos democráticos
de gran apoyo y arraigo con la UP y PCC como referente, cuyas propuestas de
gobierno municipal recibían el amplio respaldo de las comunidades. Es digno de destacar
igualmente, que esos gobiernos en la
mayoría de los municipios se constituían como resultado de acuerdos políticos y
coaliciones de las que hacían parte sectores del Partido Liberal, Partido
Conservador, Frente Popular y muchas organizaciones sociales, afro, indígenas,
del sector urbano y rural, lo que permitía la implementación de importantes
proyectos y obras de desarrollo en sus territorios. Son esas mismas comunidades
de Urabá y el país las que en la actualidad rinden tributo a la memoria y
ejemplo de mujeres luchadoras como Edilma Moreno Úsuga y centenares y miles de
urabaenses, con el empeño de que sus
esfuerzos y sacrificios no queden en vano y se materialicen en la construcción de
una sociedad en desarrollo con paz y justicia social. Honor y
Gloria a Edilma Moreno Úsuga y demás dirigentes de la UP-PCC de Urabá, líderes
y lideresas que dieron sus vidas y demostraron
su fidelidad y firmeza a la causa por
una Colombia mejor con mucho bienestar para la clase trabajadora.
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